19 ene 2011

JOHN HOLMES Y LOS CRIMENES DE WONDERLAND


John Holmes llegó a ser la mayor estrella del cine porno. Su verdugo fue el mismo virus que ahora golpea los platós de Hollywood especializados en este género, que se han puesto en cuarentena tras descubrirse que están infectados tres actores. La leyenda erótica falleció de sida en 1988, después de amenazar con propagar la enfermedad: “Morirán todos”.
Sufrió maltratos de niño y desempeñó trabajos variopintos hasta que llegó a Los Ángeles y respondió a un anuncio que solicitaba un actor porno. Tras comprobarse que estaba bien dotado (30 centímetros) para el papel, rodó 2.274 películas y se acostó con 14.000 mujeres. Su estrella se apagó cuando se vio envuelto en un oscuro crimen.
Era el primer día de julio del primer año de la década de los 80. Nada hacía presagiar que la ciudad de Los Ángeles (California) viviría una de sus jornadas más lúgubres. El habitual calor sofocaba a la ciudad poblada desde sus inicios por soñadores y buscavidas. De pronto, una de las habituales sirenas policiales rompía la tranquilidad de un barrio de las colinas de Hollywood. El coche patrulla se detuvo delante del número 8763 de la avenida Wonderland. Los agentes respondían a una llamada de auxilio, pero llegaron tarde.
Dentro de la casa fueron recibidos por un cuadro macabro de cuerpos rebozados en sangre. Ron Launius, Billy Deverell, Barbara Richardson y Joy Miller yacían inertes. Habían sido brutalmente golpeados con una tubería. Poco tardaron los agentes en localizar a una quinta víctima. Era la mujer de Ron Launius, Susan, que afortunadamente todavía respiraba. Ella seguramente podría aclarar la matanza. Desgraciadamente, no fue así. Cuando recuperó el conocimiento, alegó que no recordaba nada y que no vio a su asaltante. ¿Sólo uno? Nadie creía que una sola persona pudiera cometer tal atrocidad. Daba comienzo así el misterio de la matanza de Wonderland o el crimen de “The four on the floor”, como se le llamó en las comisarías y en los juzgados.
Las pesquisas pronto llevaron a la policía a infiltrarse en el submundo de la ciudad. William Margold, un agente de actores porno cuyo despacho se encontraba en el corazón de Hollywood Boulevard, recibió la visita de una pareja de detectives. “¿Sabes algo de los asesinatos?”, le preguntó uno de ellos. “¿Eran traficantes?”, contestó Margold haciéndose el ignorante. “Sí, por supuesto que lo eran. Ya lo sabes”. Margold no pudo contenerse: “Entonces merecen estar muertos”.
“El rey”. El cerco se estrechó y pronto todas las miradas apuntaron a John C. Holmes, uno de los clientes de Margold. ¿Cómo podía ser? Ese tal Holmes, un hombrecillo delgado y de ojos apagados, había sido uno de los personajes más venerados de la industria pornográfica. Gozó del mismo prestigio que Elvis Presley en la música rock. Incluso también se le llamaba “el rey”, aunque por otras razones.
Tardaron muy poco en saber que Holmes, de 38 años, había perdido su estela gloriosa. Tras más de una década practicando el sexo como profesión, gracias a un legendario miembro de más de 30 centímetros y a su capacidad para eyacular cuando se le pedía, este nativo de Pickaway County (Ohio) llevaba casi un lustro viviendo un romance mortal. Su amante: las drogas. Al igual que Elvis, había sucumbido al poder de la adicción. Ya no imponía el respeto de antaño y nadie le daba trabajo.
No es extraño que se sintiera abatido después de ganar una fortuna cuando estaba en la cima de su carrera. Su peculiaridad anatómica le permitía cobrar hasta 3.000 dólares diarios y le llevó a acostarse –según repetía él una y otra vez– con más de 14.000 mujeres. Aunque no todas en horas de oficina, durante las cuales el actor participó en 2.274 películas pornográficas. “Para alimentar algo tan grande, toda la sangre le abandona el cerebro”, dijo sobre el actor porno la starlette June Wilkinson, cuyas apariciones en la revista Playboy fueron legendarias. “La verdad es que era un buen chico,” recuerda Bill Amerson, su descubridor. “No muy brillante, un poco simple, pero bastante agradable”.
El actor perdía el dinero rápidamente. Empezó a robar todo lo que podía. En las casas alquiladas para rodar películas, inspeccionaba armarios y cajones en busca de joyas, dinero o cualquier cosa de valor. Más tarde, empezó a llevarse pertenencias de coches solitarios y a aprovecharse de amigos y amantes. Su mujer –sí, estaba casado– también sufrió del insostenible apetito de su marido por la droga. Una vez le llegó un extracto de su tarjeta por valor de 30.000 dólares. Mercancías compradas por el actor que luego vendió por dinero contante y sonante. Todo por conseguir unas dosis.
Holmes se casó con Sharon Gebenini en 1965, antes de entrar en el mundo de la pornografía. Se separaron en 1982, y en la época del crimen el actor estaba unido a una niña de 15 años a la que obligaba a prostituirse.
La dependencia de las drogas hizo que conociera a Adel Nasrallah, también llamado Eddie Nash, un peligroso traficante. “La pura encarnación del diablo”, según la policía. Acosado por las deudas, entró en contacto con la pandilla de Ron Launius y Billy Deverell, ladronzuelos adictos a las drogas que hacían de camellos. El actor hizo algunos trabajos para ellos. Una vez se quedó con parte de la droga que debía entregar. Para saldar su error, les dijo que Nash tenía dinero y cocaína en su casa y juntos planearon el robo. Fue un botín espectacular. Más de 100.000 dólares en metálico y joyas que luego vendieron por 150.000 dólares. Lógicamente, Eddie Nash quería sangre. Era el primer día de julio de 1981.
Presionado por el narcotraficante, el actor delató a sus socios. Nash le obligó a ir al apartamento situado en la avenida Wonderland para ajustar las cuentas a los ladrones. Le acompañaron varios matones y nunca se aclaró su papel en los crímenes. No tardó en ser detenido y puesto entre rejas, acusado del asesinato de Launius y compañía. Todo parecía lógico. ¿Quién podía dudar de que tenía las manos manchadas de sangre? El jurado. El 26 de junio de 1982 fue absuelto.
A pesar de ello, pasó varios meses entre rejas. Abandonó definitivamente la cárcel el 22 de noviembre de 1982. Convertido en un hombre libre, intentó recuperar su gloria pasada. Fue imposible. Rodó su última película, The Rise and Fall of the Roman Empress (Auge y caída del Imperio romano), y se acabó. La diagnosticaron sida tres años más tarde y el virus se lo llevó en 1988.

OSAMA BIN LADEN


Conocido en Occidente como Osama bin Laden, nació el 10 de marzo de 1957.
Es un multimillonario saudí. Conocido en gran parte del mundo por haber sido acusado públicamente por la CIA y el gobierno de los Estados Unidos de América de ser fundador de la red terrorista Al Qaeda.
Su presunta implicación en numerosos ataques terroristas en contra de los Estados Unidos y otras potencias occidentales, incluyendo el ataque con bomba al Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York en 1993, el ataque suicida con bomba al buque de guerra estadounidense USS Cole en las costas de Yemen, y los ataques del 11 de septiembre de 2001 al Centro Mundial de Comercio en Nueva York y al Pentágono en las proximidades de Washington, DC.
Parte de la opinión pública internacional ha afirmado que puede ser que Osama Bin Laden lleve varios años fallecido, algo que no ha sido desmentido ni por Al Qaeda , ni por la CIA.

BOB BERDELLA


Asesino a seis hombres jovenes, desmenbrandolos en su bañera y guardando los pedazos en bolsas hasta la recogida de la basura del lunes por la mañana. Aparentemente siempre actuaba los fines de semana, de modo que mantenía a sus víctimas descuartizadas en su casa hasta el lunes siguiente. Como muchos otros asesinos en serie realizaba fotografías con su polaroid a sus víctimas.
Berdella tenía 39 años de edad y era propietario de una tienda de objetos curiosos como lamparas de lava, imitaciones de calaveras, incienso, etc. Su secreto se desvelo cuando uno de los secuestrados antes de ser asesinado consiguio escapar saltando por una ventana, completamente desnudo y con tan solo un collar de perro.
Berdella más tarde confeso haber asesinado a seis hombres en esos años, algunos por inyección letal y otros por asfixia. El dijo que distribuía los trozos de los cadaveres en bolsas de basura y se los entregaba a los basureros como si se tratase de basura normal.
Su modo de actuar era simple contrataba los servicios de un prostituto le llevaba a su casa y alli tran maniatarle comenzaba a torturarle hasta que le causaba su muerte. 4 años después de si ingreso en prisión por cadena perpetúa murió de un ataque al corazón, aunque existen hipotesis de que fue asesinado suministrandole un veneno en su comida.

JOHN THOMAS



En 1989, Thomas ingreso a trabajar en una agencia de seguros, donde alternaba su trabajo, con los asesinatos de mujeres, muchas de ellas de 70 años, señoras blancas y mayores eran su blanco preferido a la hora de tener que violarlas y estrangularlas. Siendo arrestado el 2 de abril del corriente año, en su casa de Los Ángeles. Ya con anterioridad había sido condenado por abuso, por lo menos en dos casos anteriores. Igualmente al examinarse el ADN, se lo vinculo con otros casos cerrados, incluyendo las muestras en un programa de violadores registrados. Thomas, ya había sido arrestado varias veces entre los años 1955 y 1978, también por su presunta participación en crímenes de carácter sexual, pero lamentablemente por el escaso desarrollo de la tecnología, no fue posible probar su autoría. De todos modos, las autoridades hoy, son más optimistas con los procedimientos y la nueva tecnología, que pueden revelar aspectos más fiables del asesino violador.

EL ASESINO OTAKU


Tsutomu Miyazaki nació el 21 de agosto de 1962 con una deformación en las manos, sus muñecas no se movían libremente. Las burlas de sus compañeros de colegio primero y de la escuela superior después le impidieron cursar estudios universitarios, TM arrastraba un gran complejo que le alejaba de las personas. En 1983 comenzó a trabajar en un local de revelado fotográfico.

Desde niño no tuvo la suficiente atención de su padre que estaba volcado totalmente en el trabajo, la relación con su madre estaba marcada por los regalos que ésta le hacía en compensación, sus dos hermanas apenas le soportaban y solo con su abuelo tenía una relación cariñosa. Desde luego no era el centro de atención en casa donde pasaba las horas encerrado en su habitación leyendo manga, le gustaba salir para hacer fotos a las jovencitas y niñas mientras practicaban deporte.

En mayo de 1988 fallece el abuelo de Tsutomu, con él desaparecen las relaciones humanas y nacen los primeros episodios de violencia física hacia su madre y sus hermanas. En agosto Tsutomu Miyazaki paseaba en su Nissan regalo de mamá cuando se cruzó con Mari Konno, una niña de cuatro años que caminaba sola. La convenció para subir al auto, la llevó a un cerro cercano y la estranguló. La hizo varias fotografías pero no abusó sexualmente de ella.

6 meses más tarde sedujo a Masami Yoshizawa, una niña de 7 años. La llevó a pocos metros de donde se encontraba el cadáver de Mari, la estranguló, la desvistió y abusó sexualmente de ella. Tomó numerosas fotografías de su segunda hazaña. Para la policía eran dos niñas desaparecidas.

Meses más tarde convenció a Erika Namba, una niña de cuatro años, para que subiera a su coche. La llevó a un bosque cercano, la desnudó, tomó fotografías mientras la niña lloraba y después la estranguló. El día después del asesinato, la policía encontró el cuerpo de la tercera víctima, sus manos y pies estaban atados. Las investigaciones policiales se centraban ahora en un asesino en serie.

Un par de días después, la familia de la tercera víctima recibió una carta en la que se leían las palabras: "Erika, frío, tos, garganta, descanso, muerte". Caracteres recortados de revistas y luego fotocopiados.

Más tarde, el padre de la primera víctima encontró una caja al lado de la puerta de su casa, la abrió la policía, dentro entre cenizas, había restos de huesos carbonizados, pequeños dientes, fotografías de la ropa de la niña y una carta en la que se leía, "Mari, huesos, incinerar, investigar, probar".

Tras un par de días, llegó a la casa de los Konno una carta con una imagen de la niña. La carta tenía como título "confesión del crimen" y estaba firmada por "Yuko Imada"."Yo hice todo, no quiero que los familiares de la víctima tengan esperanzas en encontrarla con vida, los restos son realmente de Mari".

En el funeral de la pequeña Mari, el padre dijo "Mari no podrá descansar en paz, no han vuelto ni sus manos ni sus pies”. Cuando los familiares volvieron a casa, se encontraron con una segunda carta de "Yuko Imada" que decía algo así: "Confesión: el cuerpo de la niña, muy poco después de su muerte, se puso rígido, traté de mover sus manos pero sus músculos no se movían, luego, empezaron a aparecer marcas rojas en su piel, más tarde se puso muy blando y olía muy mal".

Tsutomu Miyazaki volvió a su rutina de leer manga, ojear fotografías y ver películas de vídeo. Hasta junio de 1989. Convenció a una niña en un parque para que se quitara la ropa interior y fotografiarla, fue descubierto por algunas personas que lo siguieron pero no lograron atraparlo. Ese mismo mes se cruzó con Ayako Nomoto, una niña de 5 años que estaba jugando sola en un parque. A ésta la estranguló en el coche y se la llevó a su casa después de hacer una parada para alquilar una cámara de vídeo. Ya en su casa, quitó las ropas del cadáver, secó la humedad del cuerpo con una toalla y lo filmó mientras se masturbaba. Después de cuatro días el cadáver comenzaba a oler mal, separó la cabeza del cuerpo con un cuchillo e hizo lo mismo con las manos y los pies. El tronco lo enterró cerca de un cementerio, la cabeza y los pies los abandonó en un cerro cercano y las manos las asó y comió.

Días después TM rondaba con su Nissan, se topó con dos hermanas, convenció a la pequeña para que subiera al coche, la mayor salió corriendo a avisar a su padre que encontró cerca de allí al criminal fotografiando a su hija semidesnuda, lo golpeó pero TM consiguió huir corriendo. Ese mismo día Miyazaki vuelve a recoger el coche. Un gran número de policías lo esperaban.

Cuando los investigadores se presentaron en la habitación de TM para realizar el primer registro encontraron casi 6000 películas de anime, pornografía y gore, entre éstas las cinco primeras cintas de la serie denominada Guinea Pig, una ingente cantidad de fotografías de niñas desnudas vivas y muertas y cientos de tomos de manga.

Miyazaki confesó a la policía que comió alguna parte del cadáver de su abuelo y que sus crímenes estaban inspirados en la película “Flower Of Flesh And Blood”, segunda entrega (1985) de la serie Guinea Pig filmes.

El caso tuvo una gran repercusión mediática en Japón, sirvió para que en 1994 cambiara la legislación sobre la pornografía, para que la sociedad japonesa desconfiara de los otakus y se prohibiera explícitamente producir cualquier película con la denominación Guinea Pig. La primera película de la serie "The Devil's Experiment" (1985) se considera una representación de una película real de snuff (grabación de asesinatos reales). Algunos han citado al ladrón de inventos Thomas A. Edison como pionero del rodaje de muertes reales, por “Ejecución por ahorcamiento” y “Electrocución de un elefante” dos películas cuyos títulos son lo suficientemente explicativos y que paseó por pueblos y ciudades, en 1893, con sus kinetoscopios.

Durante el proceso, Miyazaki expresó su deseo de ser famoso y comparó el tribunal a un teatro. Su padre, incapaz de soportar los actos cometidos por su hijo, se suicidó tirándose a un río en 2004. 16 años después de iniciarse el proceso, después de varias revisiones a instancias de distintos psiquiatras y psicoanalistas que no se ponían de acuerdo sobre la posible reinserción social o no de TM, éste fue ejecutado en la horca el 17 de junio de 2008. Según el juez Tokiyasu Fujita, Miyazaki asesinó a las cuatro niñas "para satisfacer su propio deseo sexual y su apetito de poseer cintas de vídeo en las que grababa cadáveres".

En 2004, en Tokio también, fue detenido un imitador. Un repartidor de diarios fue arrestado tras haber ahogado a una niña de siete años en su bañera y enviado las fotos al teléfono móvil de la madre de la víctima asegurando querer convertirse en "un segundo Tsutomu Miyazaki".

EL ASESINO DEL METRO BALDERAS


CIUDAD DE MÉXICO, México, sep. 21, 2009.- El procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, informó que se ejerció acción penal contra Luis Felipe Hernández Castillo por los delitos de homicidio calificado, tentativa de homicidio y lesiones calificadas. El funcionario señaló que en su declaración, el asesino del Metro Balderas hizo referencia a 'Josmar' Flores, el predicador boliviano que secuestró un avión de pasajeros hace dos semanas.
En entrevista televisiva agregó que de acuerdo al dictamen de tres siquiatras, no existe una manifestación clara de incapacidad para comprender el carácter ilícito de Hernández Castillo, quien el viernes asesinó a dos personas en la estación Balderas del Metro.
El titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) expuso que el indiciado argumentó que su acción obedeció a que existe una situación muy delicada en todo el mundo y tenía que venir a dar un mensaje a esta ciudad.
Al preguntarle porqué había disparado el delincuente respondió que había sido atacado por un policía bancario, sin embargo Mancera Espinosa aclaró que el uniformado conminó al sujeto a dejar de pintar.
Durante el noticiero Primero Noticias con Carlos Lorer de Mola, el procurador agregó que Hernández Castillo tiene presente en sus declaraciones el incidente del 9 de septiembre en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuando una persona de origen boliviano dijo que llevaba un artefacto explosivo.
Detalló que este hecho lo tiene presente el detenido, quien refiere que todo esto es precisamente por los gobiernos del mundo y también mezcla temas que tienen que ver con el petróleo, así como cuestiones sobre una frustración personal.
Agregó que Hernández Castillo tiene 38 años y se corrobora si realizó algunos estudios; se tiene datos que indican que se dedicaba a la agricultura, poseía algunos animales de granja y su vida la realizaba en el área rural.

11 ene 2011

FRANCISCO DE ASSIS PEREIRA


Asesinó a 11 mujeres después de violarlas en un parque de las afueras de la ciudad de San Pablo, Brasil. Su modus operandi era exacto en todos los casos. Encontraba a sus víctimas en supermercados o paradas de ómnibus y se presentaba como el caza-talentos que descubre bellezas para agencias de modelos. Con el pretexto de sacarles fotos, las llevaba al Parque del Estado, en el Gran San Pablo, y allí las violaba y ahorcaba con una soga. Los cuerpos de ocho mujeres asesinadas fueron hallados de a dos, en un radio de 200 metros.
La primera víctima de este depredador fue durante el primer semestre de 1997 y la última en febrero de 1998.

El caso de Francisco de Assis ya figura en las crónicas policiales brasileñas como el de uno de los peores psicópatas de la historia de este país latinoamericano. Los primeros datos de este asesino lo aportaron los peritos cuando el cuerpo de una de las víctimas presentaba una mordida. Entonces los peritos odontológicos pudieron reproducir la mandíbula de la persona que la había mordido y también la contextura ósea de su cara.

La pista que condujo al hombre -que trabajaba como mensajero con una moto- la dieron otras siete mujeres atacadas por el maníaco y que, por casualidad, lograron salvarse. Con los datos que aportaron estas víctimas se pudo realizar un retrato hablado de Francisco de Assis Pereira y se reprodujo en todos los medios de difusión.


El Impacto en la prensa de la transmision del episodio de Instinto Asesino


Mostrarán caso de "El maniaco del parque" en serie "Instinto asesino"
México, 21 Feb. (Notimex).- El caso de Francisco de Assis Pereira figura en las crónicas policiales ...

México, 21 Feb. (Notimex).- El caso de Francisco de Assis Pereira figura en las crónicas policiales brasileñas como uno de los peores psicópatas en la historia de ese país; los detalles de su proceder se mostrarán este lunes en la serie de televisión "Instinto asesino". Entre 1997 y 1998 privó de la vida a 11 mujeres, después de abusar sexualmente de ellas en un parque de las afueras de la ciudad de San Pablo. En el capítulo "El maniaco del parque", cuyo estreno será a partir de las 21:45 horas por el canal Discovery Channel, se relata que su "modus operandi" era exactamente el mismo en todos los casos. Encontraba jóvenes en supermercados o paradas de autobús, y se presentaba como un cazatalentos en busca de bellezas para agencias de modelos. Sin embargo, cometía un error fatal al dejar una marca en los cuerpos. Después de una cacería humana de 23 días que se extiende de Brasil a Argentina, el mundo conoce la identidad del asesino y se termina su siniestra carrera criminal. "Instinto asesino" está compuesta por seis capítulos. Analiza los actos que convirtieron a estos psicópatas en los homicidas más temidos de su tiempo y las investigaciones que llevaron a su identificación y captura. Otros casos que se presentarán en los próximos episodios, programados hasta el 15 de marzo, son: "Masacre escolar" (Argentina), "El monstruo de los Cañaduzales" (Colombia) y "El vampiro de Niteroi" (Brasil).

JACK El DESTRIPADOR



En el otoño de 1888 se sembró el terror en las calles del East End de Londres. Durante 10 semanas este barrio fue el escenario de una serie de crímenes, lo que años más tarde fue denominado el "otoño del terror", nombre con el que bautizó un autor de la época a estos días sangrientos, que conmovieron hasta a la reina Victoria, quien encomendó al Ministro del Interior en un documento, que era prioridad apresar al asesino de prostitutas.
Es así como los crímenes perpetrados por el siniestro personaje Jack The Ripper (nombre con el cual firmó las cartas que enviaba a Scotland Yard) se pierden en las transitadas calles de una marginal zona de Londres y llenan de espanto y conmoción a una sociedad victoriana que nunca supo, en definitiva, quien fue en realidad «El Destripador». Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto, aunque en su día se sospechó que por lo menos dos asesinatos anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya. Mucho se ha dicho sobre este famoso asesino, se han intentado reconstruir perfiles considerando a Jack un desequilibrado mental y obseso sexual, con fuertes motivaciones sádicas. En realidad, el asesino de Whitech construye de sí mismo una historia prosaica puesto que nunca habrá certezas sobre sus genes, por qué empieza a matar y tal vez lo mas interesante: por qué deja de hacerlo. Jack el destripador es el paradigma asesino serial, un fantasma que se pierde en noche y la bruma londinense, un hombre q nunca fue visto, que no pudo ser detenido y que su repentina desaparición no implica en absorto que haya muerto. Por este motivo este caso en particular en los anales de la historia de Scotland Yard es un enigma, un misterio que terminó convirtiéndo casi en una leyenda. Al destripador han llegado a atribuírsele 14 asesinatos algunos anteriores a 1888 y otro posteriores al mismo año. Es sólo en 5 crímenes donde no existen dudas que fueron cometidos por el mismo homicida. Muchos criminólogos y especialistas en asesinos seriales no están de acuerdo acerca de la verdadera lista de crímenes, generalmente se habla de 5 a 6 muertes. De las seis victimas que se consideran de autoría, existen dudas acerca de la primera, una prostituta de 35 años, Martha Tumer, que aparereció con la garganta cortada en una escalera del edificio George Yard de Whitechapel, el 6 e agosto de 1888. Esta mujer, que fue ferozmente atacada, o mostraba las mutilaciones características de s asesinatos siguientes. Las desafortunadas que clasifican como victimas perteneciente a Jack Destripador fueron: Mary Ann Nicholls, Annie Chapman, Elizabeth Stríde, Catheríne Eddowes y finalmente Mary Kelly. El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense. El asesinato final de la lista de cinco fue el mas terrorífico. En dicha ocasión, por única vez, Destripador» estuvo solo con su víctima en cuarto, teniendo todo el tiempo para desarrollar su macabra tarea. Del informe ofrecido por la policía se des-ende que la prostituta fue mutilada en forma errante: "La garganta había sido cortada de tajo con cuchillo, casi separando la cabeza del cuerpo, el abdomen fue parcialmente rasgado y ambos s separados a cuchillazos del cuerpo; el brazo derecho como la cabeza, colgaba del cuerpo solo por la piel. La nariz había sido desprendida, la frente despellejada, y los muslos descarnados hasta los pies." "El abdomen había sido cortado de arriba hacia abajo, con un cuchillo y el hígado y las entrañas, arrancados. Las entrañas y otras partes del cuerpo habían desaparecido pero el hígado y los intestinos... según se dice estaban colocados entre los pies de la pobre víctima. El asesino había puesto encima de una mesa la carne de los muslos y de las piernas, junto con los pechos y la nariz, y una de las manos de la víctima había sido hincada en el estómago". Mientras Jack asolaba los barrios de prostitutas sin dejar rastros, el pasatiempo favorito de los londinenses era descubrir quién se encontraba detrás del criminal, hasta que en el mes de septiembre de 1888 el asesino se da a conocer enviando una carta a la Agencia Central de Noticias de Londres, la cual llevaba la firma de Jack The Ripper. La esquela decía: «Anduve oyendo que la policía ya sabe quién soy. Me he reído al verlos decir que están en la dirección correcta [...] Amo mi trabajo y ya quiero empezar de nuevo. Pronto volverá a escuchar de mis divertidos juegos /. . .. Suyo sinceramente, Jack, el destripador». Ese mismo mes, el destinatario de otra carta es Charles Lusk, jefe del comité que patrullaba el barrio de los crímenes, esta decía: «Lusk puede buscar en todo el infierno pero no me encontrará aunque estoy frente a su nariz todo el tiempo. Su viejo amigo Jacky». Eso no fue todo: también le envió un paquete y una nota: «Desde el infierno. Mister Lusk, le envío la mitad de un riñón que tomé de una mujer. La otra la freí y la comí. Estaba muy bien.Agárreme si puede". Durante octubre envía un postal manchada con sangre, que es publicada por el periódico Star, decía: «Van a escuchar del trabajo de Jacky mañana, un evento doble esta vez. Jack". Finalmente, Jack salió de escena tan anonimamente como había entrado. Sobre la verdadera identidad de este homicida se barajaron finitas hipótesis. Según una teoría, Jack The Ripper practicaba la magia negra y como parte de un ritual debía asesinar a siete mujeres de forma tal q sus siete cuerpos formaran una «Cruz del Cal no de siete puntas», con la punta superior ha el oeste. Aparentemente, después de matar a la tercera o cuarta, el asesino adquirió el poder hacerse invisible. Este hecho puede probarse y que en uno de los casos la policía escuchó los alaridos de una de las víctimas, pero al llegar había rastros del asesino a pesar que la calle tenía solo una vía de escape. Esta teoría no pudo sostenerse ya que las mujeres únicamente fueron cinco. Pudo ser un médico quien cometió los crimenes, enfurecido con las prostitutas que habrían contagiado a su hijo con una enfermedad venérea que luego le causó la muerte. El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración: "La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual. La joven prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había venido a Inglaterra para ganarse la vida tras el fallecimiento de su marido y sus dos hijos en un accidente marítimo. Esta vez, varios testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos treinta años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín. Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver. No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y como afición, la bebida. Sus padres habían muerto cuando ella era joven y a los 16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos tratos por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles. Como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones. Después de esto, las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro asesinato durante un mes y las prostitutas regresaron a las calles más tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada. Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución para poder mantenerse a ella misma y a su pareja, que se encontraba sin trabajo. Esa mañana, el locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero nadie contestó a su llamada. Decidió abrir la puerta él mismo, horrorizándose por lo que descubrió... Sin duda era el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.
Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró. Lo cierto es que nadie puede saber si ésta es la verdadera historia o si es otro de los relatos que inspira este terrible personaje. Lo único que hoy en día tenemos claro es que no se trataba de un delincuente cualquiera. Sus hechos demuestran que era una persona con gran inteligencia y tal vez una educación superior a la población de Withechapel, incluso puede que fuese alguien de clase alta. Tal vez tuviese un trastorno de la sexualidad o un trastorno mental que le provocase esa compulsividad y obsesión a la hora de cometer los crímenes. Su afán de reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de complejos. Pero mientras Scotland Yard mantenga sus archivos en el más absoluto secreto, otros autores seguirán suscitando sospechosos que mantengan la leyenda del Destripador viva.

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POEMA A LA MUERTE POR PABLO NERUDA

Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante

POEMA A LA MUERTE

¿Cómo llenar el vacío de esta noche?

No con lágrimas,

puesto que el exilio es voluntario,

sí con pena,

que no cabe en mi pecho el deseo.

¿Es, acaso, extraño una noche oscura?

De loco es añorar la luz ahora

y sin embargo me salgo de mí

y necesito como el adicto

la droga redentora.

Tiemblan mis labios

en tus labios ausentes,

huyes como una sombra

que no logro atrapar.

Queda mi grito en la garganta

y tu pecho cotidiano

de las manos se escapa,

tus ojos, ya cerrados,

no me hablan.

En este silencio sin tí

me pregunto:

¿Cómo llenar el vacío de esta noche?

NO SON LOS MUERTOS

No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fria,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.

No son los muertos, no los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.

La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo.
Por eso hay hombres que en el Mundo viven,
y hombres que viven en el Mundo muertos.