Acosta fue el jefe de inteligencia del Grupo de Tareas 3.3.2 y el que manejaba todo lo que ocurría en la ESMA. Este grupo de operaciones especiales que operó dentro del ESMA fue el responsable de algunos de los secuestros más renombrados: el de las monjas francesas, a quienes ordenó que se las arrojara al Delta del Tigre, el de los familiares de los desaparecidos que se reunían en la Iglesia de Santa Cruz, y el de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo. También fue Acosta el que decidió el traslado (o ejecución) de Dagmar Hagelin, la jovencita sueca. Acosta era el responsable de decidir quien viviría y quien moriría, el determinaba quienes de los desaparecidos serían tirados al mar desde los aviones de la Armada. Acosta también participaba en las sesiones de torturas a los desaparecidos detenidos en la ESMA. Además participó en los vuelos de la muerte, en los cuales los desaparecidos eran tirados vivos al mar desde aviones. Según un testigo, Acosta hacía bailar a ritmo de samba a los desaparecidos "para que estuvieran alegres" antes de que estos fueran inyectados con calmantes.
En su juicio, se le imputaron 82 delitos, entre ellos: la desaparición de la familia Tranopolsky, la tortura de los detenidos-desaparecidos Nilda Noemí Actás Goreta, Lisandro Cubas, Carlos Alberto García y Ricardo Coquel, entre otros.
También se le imputa ser uno de los que determinaba a quien se le entregaría ilegalmente los hijos de las desaparecidas nacidos en la ESMA.
Según Acosta, que declaró ante un juzgado militar en 1986 y 1987, en la ESMA se esmeraba en quebrar con tortura a los detenidos y cuando lo hacía, los convertía en agentes de inteligencia.
En 1981 viajó a Sudáfrica donde se desempeñó como asesor en la lucha contrainsurgente.
Acosta es imputado en los procesos contra los militares argentinos acusados de desaparecer a ciudadanos italianos.
En octubre de 1997, el juez español investigando la desaparición de los ciudadanos españoles en Argentina emitió un auto de procesamiento y detención contra Acosta y otros por los crímenes de genocidio y terrorismo.
Pasó a retiro en 1984 y actualmente se desconocen sus actividades - la última en ser confirmada era como jefe de seguridad de un mercado. Sin embargo se alega que Acosta está involucrado en el aparato de Alfredo Yabrán, a quien se le imputa ser cabecilla del crimen organizado en Argentina. También se ha alegado que Acosta trabaja para Bauza y Corach.
En enero de 1998, se descubrió que Acosta tiene una cuenta de banco en Suiza, que podría haber sido utilizada para esconder el dinero robado a los desaparecidos. Esto hace posible que se abran nuevas investigaciones sobre delito de robo en Argentina.
En marzo de 1988, el policía retirado Roberto Oscar González señaló a Acosta como el responsable del operativo en el que habría muerto el periodista Rodolfo Walsh, en 1977.
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