Uno de los más tristemente famosos criminales en serie, nacido en Mühlheim, Colonia, Alemania, fue llamado "Vampiro de Düsseldorf" y "Rey de los delitos sexuales". Su padre, moldeador de arena, dado a la bebida maltrataba a su mujer y a sus trece hijos, siendo llevado a prisión por intento de incesto.
Peter tuvo que educarse en la calle, comenzando así su vida criminal muy tempranamente. A los cinco años de edad además de la crueldad con los animales mató a un perro y a uno de sus compañeros de juegos que no sabía nadar lo tiró desde una barca en la que navegaban, intentando ahogarle. A los 8 años, después de una paliza que le dio su madre, huyó de la casa, viviendo del producto de sus robos. Regresó a casa y trabajó como aprendiz en una fábrica.
A los catorce años violó a una joven a la que dejó medio estrangulada. A los 16 años vivió con una mujer mayor que él, que era sadomasoquista y le obligaba a pegarla, lo que estimuló el sadismo del joven criminal. Sufrió varias condenas por robo. En 1904 comenzó su carrera de incendiario, lo que le proporcionaba una gran satisfacción sexual. Ingresó en el Ejército, desertando después, siendo detenido y condenado a siete años de trabajos forzados.
En 1913 asesinó a una niña de ocho años cuando entró a robar en una casa, pero no fue descubierto. En 1923 se casó. No tuvo hijos. Vivía aparentemente como un hombre normal. Sin embargo llevaba una doble vida. Era ya en realidad un maníaco sexual y entre 1923 y 1929 asaltó a varias mujeres dejándolas medio muertas, pero ninguna se atrevió a denunciarle. Luego atacó a una mujer adulta con unas tijeras dejándola malherida y mató de la misma forma a una niña de nueve años quemándola después con gasolina. Ese mismo año asesinó a un hombre y una mujer con unas tijeras, bebiéndose su sangre. Poco después asesinaba en un descampado a dos hermanas de forma brutal. Siguieron tres crímenes más con violación y muerte a martillazos.
Tras una serie de intentos de violación y asesinato su último crimen fue el de una niña de cinco años, Gertrud Alberman, a la que mató en las afueras de Düsseldorf. El intento de violación y muerte de María Butlies, fue lo que condujo a su detención. Casado, jamás sospechó su mujer su doble vida. Pero al final, y por recomendación de él, para que cobrase la recompensa por su captura, le denunció a la policía. Siempre fue considerado por sus vecinos como un hombre honrado, tranquilo, inteligente y trabajador. El Prof. Berg, psiquiatra que le examinó en la cárcel se ganó su confianza y consiguió que le contase toda su vida con detalle. Tenía una memoria sorprendente. El 22 de abril 1931, convicto de 9 asesinatos (los demás no se le pudieron probar), recibió 9 penas de muerte. La ejecución por decapitación tuvo lugar el 2 de julio de 1931, en el patio de la prisión de Klingelpütz, en Colonia.
Sólo podía excitarse sexualmente matando mujeres. El Prof. Berg describió a Kürten como "el rey de los pervertidos sexuales", necrófilo, sádico, incendiario y practicaba el bestialismo. Bebía la sangre de sus víctimas. Sentía gran admiración por Jack "El Destripador". Se ensañaba con sus víctimas a las que violaba, estrangulaba o apuñalaba (una de sus víctimas presentaba 36 puñaladas), a veces quemaba los cadáveres con gasolina o los enterraba. El número de sus crímenes ascendió a más de 60, algunas de ellas niñas. Confesó al psiquiatra que le estudió en la prisión, que odiaba a la sociedad y soñaba con frecuencia que algún día volaría la ciudad de Düsseldorf con dinamita. Se casó con una exconvicta como él y fué a la única mujer que quiso normalmente, y quien nunca sospechó los crímenes de su marido.
La policía trató de averiguar quién era el hombre que aterrorizaba a la ciudad, sin conseguirlo, hasta que en cierta ocasión, viendo que iba a ser descubierto cualquier día, confesó sus crímenes a su mujer, que horrorizada le denunció a la policía. Así pudo ser capturado, y juzgado en un proceso que comenzó el 13 de abril de 1931, durante el cual intentó su abogado defensor probar que era un demente para salvarle de la pena capital. No le sirvió de nada y el 2 de julio de 1931 fué ejecutado en la guillotina a las seis de la mañana. Durante los días que estuvo en prisión recibió miles de cartas, muchas de ellas cartas de amor y en la mayoría de las cuales le pedían su autógrafo.
Peter tuvo que educarse en la calle, comenzando así su vida criminal muy tempranamente. A los cinco años de edad además de la crueldad con los animales mató a un perro y a uno de sus compañeros de juegos que no sabía nadar lo tiró desde una barca en la que navegaban, intentando ahogarle. A los 8 años, después de una paliza que le dio su madre, huyó de la casa, viviendo del producto de sus robos. Regresó a casa y trabajó como aprendiz en una fábrica.
A los catorce años violó a una joven a la que dejó medio estrangulada. A los 16 años vivió con una mujer mayor que él, que era sadomasoquista y le obligaba a pegarla, lo que estimuló el sadismo del joven criminal. Sufrió varias condenas por robo. En 1904 comenzó su carrera de incendiario, lo que le proporcionaba una gran satisfacción sexual. Ingresó en el Ejército, desertando después, siendo detenido y condenado a siete años de trabajos forzados.
En 1913 asesinó a una niña de ocho años cuando entró a robar en una casa, pero no fue descubierto. En 1923 se casó. No tuvo hijos. Vivía aparentemente como un hombre normal. Sin embargo llevaba una doble vida. Era ya en realidad un maníaco sexual y entre 1923 y 1929 asaltó a varias mujeres dejándolas medio muertas, pero ninguna se atrevió a denunciarle. Luego atacó a una mujer adulta con unas tijeras dejándola malherida y mató de la misma forma a una niña de nueve años quemándola después con gasolina. Ese mismo año asesinó a un hombre y una mujer con unas tijeras, bebiéndose su sangre. Poco después asesinaba en un descampado a dos hermanas de forma brutal. Siguieron tres crímenes más con violación y muerte a martillazos.
Tras una serie de intentos de violación y asesinato su último crimen fue el de una niña de cinco años, Gertrud Alberman, a la que mató en las afueras de Düsseldorf. El intento de violación y muerte de María Butlies, fue lo que condujo a su detención. Casado, jamás sospechó su mujer su doble vida. Pero al final, y por recomendación de él, para que cobrase la recompensa por su captura, le denunció a la policía. Siempre fue considerado por sus vecinos como un hombre honrado, tranquilo, inteligente y trabajador. El Prof. Berg, psiquiatra que le examinó en la cárcel se ganó su confianza y consiguió que le contase toda su vida con detalle. Tenía una memoria sorprendente. El 22 de abril 1931, convicto de 9 asesinatos (los demás no se le pudieron probar), recibió 9 penas de muerte. La ejecución por decapitación tuvo lugar el 2 de julio de 1931, en el patio de la prisión de Klingelpütz, en Colonia.
Sólo podía excitarse sexualmente matando mujeres. El Prof. Berg describió a Kürten como "el rey de los pervertidos sexuales", necrófilo, sádico, incendiario y practicaba el bestialismo. Bebía la sangre de sus víctimas. Sentía gran admiración por Jack "El Destripador". Se ensañaba con sus víctimas a las que violaba, estrangulaba o apuñalaba (una de sus víctimas presentaba 36 puñaladas), a veces quemaba los cadáveres con gasolina o los enterraba. El número de sus crímenes ascendió a más de 60, algunas de ellas niñas. Confesó al psiquiatra que le estudió en la prisión, que odiaba a la sociedad y soñaba con frecuencia que algún día volaría la ciudad de Düsseldorf con dinamita. Se casó con una exconvicta como él y fué a la única mujer que quiso normalmente, y quien nunca sospechó los crímenes de su marido.
La policía trató de averiguar quién era el hombre que aterrorizaba a la ciudad, sin conseguirlo, hasta que en cierta ocasión, viendo que iba a ser descubierto cualquier día, confesó sus crímenes a su mujer, que horrorizada le denunció a la policía. Así pudo ser capturado, y juzgado en un proceso que comenzó el 13 de abril de 1931, durante el cual intentó su abogado defensor probar que era un demente para salvarle de la pena capital. No le sirvió de nada y el 2 de julio de 1931 fué ejecutado en la guillotina a las seis de la mañana. Durante los días que estuvo en prisión recibió miles de cartas, muchas de ellas cartas de amor y en la mayoría de las cuales le pedían su autógrafo.
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